Los señores de Botorrita

El señorío de Botorrita perteneció a distintas familias, desde el siglo XVI y durante muchos años, a los Fernández de Heredia, una de las principales familias nobles del antiguo reino de Aragón. Catalina Fernández de Heredia en 1590 obtuvo licencia para celebrar misas en el oratorio del palacio de Botorrita.

También perteneció a otra ilustre familia: los Abarca de Bolea. Hasta que en 1685 el padre de Victoria Foncillas y Eril se hace con las propiedades tras una venta judicial al Marqués de Torres y Señor de Botorrita, Bernardo Abarca de Bolea.

El señorío de Botorrita pasó entonces por matrimonio a los marqueses de Ariño, ya que Victoria Foncillas se casó con el Marqués de Ariño y tuvo a Martín de Pomar Foncillas, que heredó el título y las propiedades. Fue ella la que mandó edificar la actual iglesia.

María Luisa de las Heras Mergelina, I Condesa de Ballobar, señora de Botorrita, murió sin descendencia, y cedió su título al hijo del primer matrimonio de su esposo, Antonio de la Cierva Lewita en 1906. María Luisa de las Heras está enterrada en la cripta de nuestra iglesia.

Con este árbol genealógico de los señores que tuvo Botorrita, se puede ver gráficamente y de forma sencilla, cómo las tierras, el señorío, pasó de una familia a otra y por qué motivos a lo largo de los siglos.

Elaboración y documentación:
Inmaculada Cifuentes, Lda. en Geografía.

Bibliografía:
– DARA, documentos y archivos de Aragón.
– Institución Fernando el Católico. DPZ.
– UNIZAR, Universidad de Zaragoza.
– Real Academia de la Historia.
– Fatima de la Cierva.

Antonio de la Cierva y Lewita

Fue el segundo Conde de Ballobar, «el conde de Botorrita», desempeñó un papel muy importante en Tierra Santa durante la I Guerra Mundial.

Antonio de la Cierva y Lewita, Conde de Ballobar

Sus dos primeros años de vida los pasó en Viena (1885-86), donde nació, ya que su padre era agregado militar en la embajada de España en esa ciudad, Plácido de la Cierva. Y su madre polaca, de origen judío, Salomé Lewita Finkelstein, convertida al cristianismo antes de su boda, tomó el nombre de María Luisa Fernanda.

Quedó huérfano de madre con dos años. Nueve años despues, su padre se casó con María Luisa de las Heras y Mergelín, natural de Sanlúcar de Barrameda, un amor de juventud que se reencontró muchos años despues. Residieron durante su infancia y juventud en Sanlúcar, Botorrita, Ballobar y Zaragoza.

El título de conde de Ballobar fue concedido por Alfonso XIII en 1890 a su madrastra María Luisa de las Heras por los méritos de su padre, Juan Manuel de Heras y Fernández de Valdespino, que heredó las propiedades y títulos de su primo el marqués de Ariño, (entre ellos el Señorío de Ballobar), Manuel de Pomar y Fernández de Valdespino, falleció soltero y sin descendencia; y este título lo heredó él posteriormente a la muerte de su madrastra en 1906.

Antonio de la Cierva y Lewita, Conde de Ballobar
Foto: Fatima de la Cierva

A los 25 años ingresó en la carrera diplomática. Siendo muy joven y con muy poca experiencia, fue nombrado cónsul en Jerusalén de 1914 a 1919. Fueron, seguramente, los años más difíciles y también más valioso de su carrera profesional. Su misión era mejorar la relación entre España y las autoridades locales, y hacerse cargo de la custodia de los bienes españoles en los Santos Lugares.

Su llegada a Jerusalen coincidió con el inicio de la I Guerra Mundial. Todos las potencias enfrentadas a Turquia retiraron sus representaciones diplomáticas en Jerusalén. España era neutral en este conflicto. Antonio de la Cierva se convirtió en el único protector de los derechos e intereses de los países europeos y americanos en Jerusalén, y en el interlocutor entre británicos y dirigentes del imperio otomano.

Tras la entrada de los britanicos en Jerusalen en 1917, se encargó también de los intereses diplomáticos de Alemania y Austria-Hungría, por este motivo era conocido como “cónsul universal”.

Antonio de la Cierva y Lewita, Conde de Ballobar
Foto: Fatima de la Cierva

Su labor diplomática fue muy importante en esos momentos de conflicto bélico. Defendió los intereses del pueblo judío por indicaciones de los gobiernos estadounidense e inglés, y también de manera particular. Luchó para la conservación del patrimonio cristiano, protegió frente a las autoridades otomanas innumerables bienes, edificaciones y templos cristianos, gestionó acuerdos especiales para proteger templos protestantes del asalto turco y defendió los intereses de la cristiandad.

Llevó a cabo numerosas gestiones políticas y diplomáticas para liberar a religiosos y personalidades judías que habían sido deportados de sus lugares de origen.

Antonio de la Cierva vivió en Madrid hasta su muerte a los 86 años en 1971.

Bibliografía:
https://fundacionaladren.com/content/el-conde-de-ballobar-un-diplom%C3%A1tico-espa%C3%B1ol-en-jerusalem
http://web.psoe.es/izquierdasocialista/docs/511788/page/conde-ballobar-diplomatico-espanol-jerusalem.html
https://www.numendigital.com/antonio-de-la-cierva-y-lewita-el-consul-universal/

Texto y documentación:
Inmaculada Cifuentes, Lda. en Geografía.

Descripción de Botorrita

La localidad de BOTORRITA, situada a 22 km. al sur de Zaragoza, se asienta sobre una colina, a 394 m. de altitud, en el valle el río Huerva y próxima a su curso. Su topónimo es de origen prerromano y se relaciona con la antigua ciudad ibero-romama de Contrebia Belaisca (siglos III – I a. de C.), sita en el Cabezo de las Minas, en el término municipal de Botorrita, a la que corresponden las acuñaciones con leyenda ibérica de Contebacom Bel y que fue destruida durante la represión ejercida en el Valle del Ebro por las tropas de César, tras la batalla de Ilerda (Lérida) en 49 a. de C. Es probable que dicho asentamiento remonte incluso la primera Edad del Hierro.

Antiguo palacio de Botorrita
Antiguo palacio de Botorrita.

La mención documental más antigua de Botorrita parece datar de 1128, muy poco después de su reconquista por los reyes de Aragón, cuando García Pérez de Vergua y su hermano Gombal de Vergua se reparten una serie de propiedades, entre las que se hallan una «hereditas de villa Botorrita et suis terminis«. Actualmente, la primera alusión segura es de 1202, cuando Pedro II de Aragón fija los términos de los castillos de Linares y Puertomingalvo. Al parecer, en este momento y durante casi todo el siglo XIII fue de realengo, pues sus señores seculares sólo están documentados a partir del último lustro del siglo. El más antiguo actualmente registrado es Berenguer de Fontova, quien fue señor de Botorrita en 1295.

A principios del siglo XIV la localidad había cambiado de manos, en 1348 era de Ramón de Argensola, a quien le fue confiscada por Pedro IV, y de este modo el lugar volvió a ser de realengo. A principios del siglo XV, al menos desde 1428, estaba bajo el dominio de don Blasco Fernández de Heredia, regente de la gobernación general del reino y señor de los lugares de María y Botorrita. Desde dicho momento, Botorrita perteneció a los Fernández de Heredia, rama de los señores de Hoyos, hasta la muerte sin descendencia de don Juan Fernández de Heredia y Villalpando, con posterioridad a 1563.

Juan Pérez de Almazán era hijo de Juan Pérez de Almazán y Ximénez de Urrea señor de Maella y de Catalina Fernández de Heredia y Ayanz señora de Botorrita y heredó los dos títulos (siglo XVI).

A su vez, su hija Catalina Pérez de Almazan y Abarca de Bolea, señora de Botorrita y señora de Maella se casa (en 1610) con su tío Martín Abarca de Bolea I marqués de Torres.

Por lo que su hijo Luis Abarca de Bolea y Pérez de Almazán hereda eI marquesado de Torres y el señorío de Botorrita y Maella.

Su hijo Bernardo es marqués de Torres y también señor de Botorrita (1648-1701). Cuando tiene 38 años, en 1685, se vende judicialmente los bienes del marquesado de Torres a Felipe de Pomar, marqués de Ariño, entre ellos, el señorío de Botorrita. Y los dona más tarde a su hija Victoria de Foncillas y Eril. Será esta última la que mande construir la iglesia de Botorrita, en 1691.

Esta situación perduró hasta la extinción de los señoríos jurisdiccionales por decreto de las Cortes de Cádiz de 1811.

En virtud de la evolución administrativa del Reino de Aragón, Botorrita ha sido lugar, calidad conseguida en 1495 y ratificada en 1785, y ha pertenecido a la Sobrecullida de Zaragoza, segunda mitad del siglo XV, a la Vereda de Zaragoza, siglo XVII, y al Corregimiento de Zaragoza desde 1711 hasta la creación de su propio Ayuntamiento en la primera mitad del siglo XIX.

Eclesiásticamente, Botorrita se halla vinculada a la diócesis de Zaragoza, dentro del arciprestazgo de Zaragoza, según aparece ya en las Rationes decimarum Hispanie de 1297. Su parroquia está dedicada a San Agustín. Es de estilo barroco y se concluyó el día 12 de octubre de 1691.

En el aspecto emblemático, Botorrita carece, debido a su situación de dependencia señorial, de armas antiguas propias. (bandera y escudo actuales)