Bronce I
El llamado Bronce de Botorrita I o Gran Bronce de Botorrita fue encontrado en 1970 y es el texto en celtibero más extenso que se ha hallado hasta la fecha. Se trata de una placa de bronce de unos 40×10 cm datada hacia el año 70 a.C. Este Bronce está escrito por ambas caras. Consiste en un texto de 11 líneas en la parte delantera que se continúa con una lista de nombres en la parte trasera.
El texto aún no ha sido traducido. Parece ser algún tipo de documento legislativo aparentemente emitido por un senado local.
Bronce II
El Bronce II o Tabula Contrebiensis, fue hallada a finales de 1979, es una inscripción en latín que recoge un texto jurídico, datado el 15 de mayo del año 87 a.C., en una lámina de unos 41 x 20 cm. Recoge, en veinte líneas, un pleito entre entre los habitantes de Salduie (actual Zaragoza) y Alaun (actual alagón), por una canalización de aguas que querían realizar los primeros, los alavonenses se consideraron perjudicados y las partes acordaron encomendar el fallo a neutrales (los magistrados de Contrebia Belaisca, Botorrita), que dieron razón a los saluienses. Todo ello previo conocimiento y con la sanción aprobatoria del proconsul romano, Cayo Valerio Flacco. Es la primera querella documentada en la Península ibérica.[1]
Bronce III
El 20 de octubre de 1992 se recuperó el tercer documento escrito sobre bronce, y segundo en lengua celtibérica, hallado en la ciudad de Contrebia Belaisca.
Estratigráficamente, este bronce apareció en un nivel arcilloso que se asienta sobre otro de arenisca en el que se incrustaba una esquina de la placa. Sobre la capa de arcilla había otra de gravilla natural que, poco antes de efectuarse la cata, fue parcialmente retirada por los vecinos de Botorrita.
Se trata de una placa de 73 cm en el sentido de la escritura, por 52 cm y con un grosor que oscila entre 6 y 4 mm. Apareció partida en dos grandes fragmentos, recuperándose después otros 92 de dimensiones variables, correspondientes a la esquina superior derecha. Los análisis metálicos indican la presencia de plomo en la aleación, así como de burbujas en el interior del menor de los dos fragmentos mayores, el cual carece de escritura.
Mientras que los dos bronces anteriores mostraban huellas de fuego (como consecuencia de incendios provocados por la destrucción bélica de la ciudad), éste no presentaba alteración térmica alguna. Este Bronce muestra seis orificios circulares, ordenados formando dos triángulos con la base paralela al borde superior de la placa, muy cerca del mismo, y prácticamente en el centro de su longitud. Quedan todavía restos de los clavos en estos orificios, cuya factura no afectó al texto, al contrario de lo que sucede con el orificio superior central de la tabula Contrebiensis (único bronce escrito en latín aparecido en Contrebia). Dado que la escritura se extiende hasta el límite del lado izquierdo y del borde inferior del Gran Bronce, resulta evidente que se expuso sujeto por los dos grupos de orificios citados que forman triángulos, quedando libre el resto.
Contiene un texto en lengua celtibérica, escrito en semialfabeto ibérico, si bien no sería de extrañar la presencia de alguna influencia lingüística del ibero, dada la situación culturalmente fronteriza de Contrebia Belaisca. Debe ser coetáneo del anterior bronce celtibérico y que, por los materiales aparecidos en el inmediato entorno (los glandes de honda citados), su abandono debe coincidir con algún acontecimiento bélico.
En cuatro columnas se registran 254 personas, de las que, al menos, 27 corresponden a mujeres. Aparecen personas que llevan nombres de grupos lingüísticos diferentes como Iunstir, Bilosban, Bubilibor;nombres griegos como: Antiocos, Tiokenes (¿Diógenes?), y Tais (¿Thais?) y latinos como Balakos Sekonzos (¿Flaccus Segondus?), Markos (¿Marcus?), Bolora (¿Flora?), Saluta (¿Saluta?)…
Bronce IV
En octubre de 1994 se produjo el hallazgo casual, por parte de un vecino del pueblo, el tercer bronce celtibérico de Botorrita, y cuarto encontrado en Contrebia Belaisca. Apareció en tierra procedente de las obras de ampliación de la carretera comarcal a Fuendetodos, pudiéndose precisar bastante bien la zona de la que se extrajo. Se trata de un texto, escrito por las dos caras, con el texto en posición inversa en una respecto a la otra.
Cara A
Cara B
Tal abundancia de hallazgos epigráficos de esta índole, unida a la extensión de la ciudad, su pujante economía y el destacado papel que sabemos desempeñaba en el entorno sociopolítico nos llevan a concluir que estamos en presencia de elementos pertenecientes a un gran archivo documental.
Esta pieza, como las anteriores, puede fecharse en el siglo II o primer cuarto del siglo I antes de Cristo.
Texto:
Inmaculada Cifuentes Vaquerizo, Lda. en Geografía.
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